El riego es una de las principales tareas de cuidado de los bonsáis. Parece sencillo, pero no es fácil lograr el riego perfecto. El riego debe realizarse según la especie, los cambios estacionales, el período de crecimiento, el período de floración, el período de latencia y las condiciones climáticas. Controlar el tiempo y la cantidad de riego es fundamental para el crecimiento de las plantas. La muerte de algunos bonsáis está directamente relacionada con un riego inadecuado.
Además de proporcionar agua y nutrientes a las plantas en maceta, la tierra también facilita su respiración. Cuando la tierra tiene suficiente humedad, las partículas se expanden, expulsando el aire entre ellas, lo que provoca una falta de aire. Cuando la tierra está seca o relativamente seca, las partículas se contraen, su volumen disminuye y los espacios entre ellas reaparecen. Estos espacios se llenan de aire.
A medida que la tierra cambia de seca a húmeda, el aire en la tierra de la maceta también circula continuamente, permitiendo que las raíces de las plantas respiren con normalidad. Después de cada riego, las raíces de las plantas tolerarán la falta de oxígeno en la tierra de la maceta en poco tiempo. Sin embargo, si la tierra de la maceta permanece demasiado húmeda durante mucho tiempo, lo que resulta en una falta de oxígeno a largo plazo, causará erosión radicular y otras enfermedades. Si la tierra permanece seca durante mucho tiempo, aunque haya suficiente oxígeno en la tierra, las plantas no pueden absorber agua durante mucho tiempo, lo que también perjudica su crecimiento e incluso puede causar su muerte. Por lo tanto, al regar los bonsáis, se debe seguir el principio de "no regar cuando estén secos, regarlos abundantemente".
El riego insuficiente y la deshidratación de las plantas provocarán que las ramitas se marchiten y se marchiten, y que las hojas se marchiten, amarilleen y se caigan. En las coníferas, las agujas se ablandan y pierden su textura firme y espinosa. Cuando la escasez de agua es severa, la corteza de las ramitas se encoge como la piel de gallina. Si esto ocurre en verano, traslade la planta inmediatamente a un lugar sombreado. Cuando baje la temperatura, rocíe primero las hojas con agua, luego vierta un poco de agua en la maceta y, una hora después, riegue bien.
Para plantas muy deshidratadas, asegúrese de no regarlas demasiado de una sola vez, ya que cuando la planta está muy deshidratada, la corteza de la raíz se encoge y está cerca del xilema. Si se suministra mucha agua repentinamente, el sistema radicular se expandirá debido a la rápida absorción de agua, provocando la ruptura de la corteza y la muerte de la planta. Por lo tanto, es necesario un proceso de adaptación gradual. Después de que las plantas con escasez de agua se sometan al tratamiento mencionado, es mejor mantenerlas a la sombra durante unos días y luego cultivarlas al sol cuando estén fuertes. Sin embargo, no riegue en exceso. Además de provocar un crecimiento pronunciado de las plantas, lo que afecta la forma del árbol y su valor ornamental, el riego excesivo también puede causar fácilmente la pudrición y muerte de las raíces. Las macetas de bonsái miniatura requieren menos tierra, por lo que es especialmente importante regarlas en el momento y la cantidad adecuados.
Hora de publicación: 11 de abril de 2024