Método hidropónico:
Elija ramas sanas y resistentes de Dracaena sanderiana con hojas verdes y preste atención para comprobar si hay enfermedades y plagas.
Cortar las hojas en la parte inferior de las ramas para exponer el tallo, con el fin de reducir la evaporación del agua y promover el enraizamiento.
Inserte las ramas procesadas en un jarrón lleno de agua limpia, con el nivel del agua justo por encima de la parte inferior del tallo para evitar que las hojas se mojen y se pudran.
Colóquelo en un área interior bien iluminada pero evite la luz solar directa y mantenga la temperatura interior entre 18 y 28 ℃.
Cambie el agua regularmente para mantenerla limpia; por lo general, basta con cambiarla una vez a la semana. Al cambiar el agua, limpie con cuidado la base del tallo para eliminar las impurezas.
Método de cultivo del suelo:
Prepare un suelo suelto, fértil y bien drenado, como tierra mezclada con humus, tierra de jardín y arena de río.
Inserte las ramas de Dracaena sanderiana en el suelo a una profundidad justo debajo de la parte inferior del tallo, mantenga el suelo húmedo pero evite que se encharque.
También se puede colocar en interiores, en una zona bien iluminada pero alejada de la luz solar directa, manteniendo una temperatura adecuada.
Riegue regularmente el suelo para mantenerlo húmedo y aplique fertilizante líquido diluido una vez al mes para satisfacer las necesidades de crecimiento de las plantas.
Método mitad tierra y mitad agua:
Prepare una maceta o recipiente pequeño y coloque una cantidad adecuada de tierra en el fondo.
Las ramas de Dracaena sanderiana se insertan en el suelo, pero solo se entierra una parte de la parte inferior del tallo, de modo que parte del sistema de raíces queda expuesto al aire.
Añada una cantidad adecuada de agua al recipiente para mantener la tierra húmeda, pero no demasiado mojada. El nivel del agua debe estar justo por debajo de la superficie de la tierra.
El método de mantenimiento es similar a los métodos de cultivo hidropónico y en suelo, prestando atención al riego regular y al cambio de agua, manteniendo al mismo tiempo el suelo y la humedad adecuados.
Técnicas de mantenimiento
Iluminación: La Dracaena sanderiana prefiere un ambiente luminoso, pero evita la luz solar directa. El exceso de luz solar puede causar quemaduras en las hojas y afectar el crecimiento de la planta. Por lo tanto, debe colocarse en un lugar con iluminación interior adecuada.
Temperatura: La temperatura ideal para el crecimiento de la Dracaena sanderiana es de 18 a 28 °C. Una temperatura excesiva o insuficiente puede dificultar el crecimiento de la planta. En invierno, es importante mantenerla abrigada y evitar que se congele.
Humedad: Tanto el cultivo hidropónico como el cultivo en tierra requieren niveles adecuados de humedad. Los métodos hidropónicos requieren cambios regulares de agua para mantener la calidad del agua limpia; el cultivo en tierra requiere riego regular para mantener la tierra húmeda, pero no demasiado mojada. Al mismo tiempo, se debe prestar atención a evitar la acumulación de agua que puede causar la pudrición de las raíces.
Fertilización: La Dracaena sanderiana necesita un aporte nutricional adecuado durante su crecimiento. Se puede aplicar fertilizante líquido diluido una vez al mes para satisfacer las necesidades de crecimiento de las plantas. Sin embargo, cabe destacar que una fertilización excesiva puede provocar que las hojas nuevas adquieran un color marrón seco, irregular y opaco, y que las hojas viejas se amarilleen y se caigan. Una fertilización insuficiente puede provocar que las hojas nuevas adquieran un color claro, de color verde pálido o incluso amarillo pálido.
Poda: Pode regularmente las hojas y ramas marchitas y amarillentas para mantener la limpieza y belleza de la planta. Al mismo tiempo, controle el ritmo de crecimiento de la Dracaena sanderiana para evitar que el crecimiento excesivo de ramas y hojas afecte la visibilidad.
Hora de publicación: 12 de diciembre de 2024